En este post os voy a contar la que muy probablemente haya sido la mejor experiencia gastronómica de mi vida. En primer lugar quisiera dar las gracias a María, que ha sido quien me ha dado la oportunidad de probar este excelente restaurante. Espero que consiga trasmitiros aunque sea una pequeña parte de lo que yo sentí en este restaurante. Nunca he estado muy a favor de la cocina moderna, siempre he preferido la comida tradicional, a poder ser española. Ahora me doy cuenta que cierto es eso de que para poder opinar hay que probar o conocer. Menos mal que he aprendido a una edad temprana y tendré tiempo de tener experiencias similares (si el bolsillo me lo permite). Por esto animo a todas aquellas personas que piensan que la cocina de autor son "pijaditas" y que donde esté un buen chuletón se quite todo lo demás, a que lo prueben, al menos una vez y que después me digan.
Atrio se encuentra en la ciudad de Cáceres, antiguamente estaba situado en la Avenida Europa de la capital extremeña, pero desde el año 2010 se ha trasladado a la Plaza de San Mateo 1. Este nuevo proyecto incluyó un boutique hotel de 5* compuesto por catorce habitaciones, 5 de ellas suites. El proyecto fue realizado por el estudio madrileño de arquitectos Luis M. Mansilla y Emilio Tuñón. El edificio esta tan bien integrado dentro del conjunto historio/artístico de Cáceres que una vez en la Plaza de San Mateo no encontrábamos el Restaurante. El proyecto ha sido galardonado con el premio FAD de Arquitectura 2011 que otorga la entidad Fomento de la Artes y Diseño (FAD) de Barcelona.
Reservamos en el mismo día, ya que fue algo que no teníamos pensado. Era domingo y víspera de festivo, pero no tuvimos problema. Desde la llegada al Hotel/Restaurante te das cuenta de que estas en un lugar de un nivel superior. Una legión de trabajadores del hotel te dan la bienvenida. Carmina, la relaciones públicas se te acerca para darte la bienvenida, tras indicarle que teníamos reserva para comer inmediatamente se te acercan dos mozos que te piden amablemente los abrigos. Carmina te sugiere si tienes necesidad de ir al cuarto de baño y te acompaña a tu mesa. Allí ya te esperan dos camareros, te dan la bienvenida y te ofrecen algún aperitivo, cerveza o champagne. Inmediatamente el propio Toño Pérez chef y copropietario se acerca, te da la bienvenida a su casa y te explica la carta. Hay dos menús según el hambre que tengas y después está el menú degustación que es lo que nosotros pedimos.
El menú degustación está compuesto por 2 entrantes, 3 primeros, un pescado, una carne, dos postres y para terminar café y postres. No se si me acordare de todos los platos y el nombre exacto de cada uno.
De aperitivo además de las bebidas nos trajeron unos macarons rellenos de paté de ciervo, no pintaba mal la cosa desde el principio, exquisito. Se me ha olvidado comentar antes que ponen una mesa auxiliar para servir todos los platos y que para cada uno de ellos te cambian los cubiertos.
El primer entrante del menú desgustación consistía en un milhojas de sardinas, sobre una base de pastel de cabracho. Verdaderamente de lo mejor que he comido nunca, la sardina tenía una frescura especial y el pastel de cabracho estaba delicioso, una verdadera sorpresa que de algo tan sencillo se pueda obtener un sabor tan exquisito. Para estos primeros plato nos pusieron un pan de aceitunas negras con aceite.
El segundo entrante consistía en un capuccino de foie y boletus. Estaba perfectamente conseguido, servido en taza y con su típica espuma. El camarero te aconseja introducir la cuchara en vertical y coger del fondo hacía afuera para comerlo todo junto. No hace falta decir que no he comido un foie tan fino en toda mi vida y mira que soy aficionado.
Seguimos con el primero de los platos principales, gamba marinada, ensalada de brotes y crema agria con caviar. A mí es el que menos me gusto de todo lo que comimos. Aunque la originalidad se observa a simple vista y es un plato muy vistoso, ni la textura, ni el sabor fueron los que mas me gustaron. Plato curioso, pero en el que a mi entender prima la creatividad sobre el resultado final.
El segundo de los primeros fue cigala, careta de ibérico y jugoso cremoso. Uno de los mejores. Servido en plato hondo, de base el jugoso y sobre él un cuerpo de cigala limpio y encima la careta de ibérico. Plato tierra-mar elaborado con ingredientes de primera calidad y resultado excelente. Cuando terminas la cigala y la careta es obligatorio coger la cuchara y acabar con el caldo, me acuerdo y se me hace la boca agua.
El último de los primeros platos, brocheta de calamar e ibéricos con salsa de curry. Mi favorito. Lástima que no tenga foto. Quizás en estos últimos dos platos haya demasiados elementos en común, tierra-mar, ibéricos, pero les puedo asegurar que no tienen nada que ver. Este plato es un guiño a la cocina asiática y un verdadero acierto para mi gusto. Como podéis apreciar la comida va subiendo de nivel por momentos y aun quedan los segundos y el postre
Pescado, Lubina con salsa de puerros. La lubina es un pescado que me encanta, pero de verdad que nunca había probado una tan fresca, se te deshacía en la boca, pura mantequilla. El plato en sí no tiene mas misterio, pero es que la calidad de la lubina lo dice todo. Te comes hasta la piel, que esta crujiente. A esta altura de la comida ya has perdido el miedo inicial al que dirán y te atreves a lanzar algún que otro "barquito" para aprovechar al máximo la calidad de los platos.
Carne, pluma de ibérico con foie, reducción de PX y crema de berros. Un clásico en el que prima una vez mas la calidad de la materia prima sobre la elaboración, que no tiene mucha complejidad. En este momento de la comida se acerco José Polo, el otro copropietario, a preguntar que tal todo y charlar un rato.
Creo que a lo largo de los siete platos hay un denominador común que es la calidad y que la creatividad va de mayor a menor, arriesgando mas en los entrantes y primeros platos y yendo a lo seguro en los platos principales. Aun así toda una experiencia gastronómica. Podéis pensar que los platos son muy pequeños, yo pensaba lo mismo al principio y puedo decir que acabé lleno y aun faltan los postres...
Primer postre. Binomio de Torta del Casar. Ya sabéis que no soy mucho de dulces y que casi nunca llego a los postres, pero si hubiera postres como este en mas sitios sin duda sucumbiría. La Torta del Casar se presenta en este plato de dos formas, en helado y al natural. Viene acompañado de crema de membrillo. Increíble. Para un amante de este queso como, no podrían hacer postre mejor. Me acorde mucho de mi familia ya que muchas veces pedimos queso de postre y hay camareros que nos miran con caras raras, me tranquiliza saber que un chef con dos estrellas michelín tenga nuestros mismos gustos.
Segundo postre. Tocinillo con helado de yogurt y tierra de cacao. Para mi gusto mala idea después de ocho platos, algo tan pesado como el tocino de cielo. Como el resto de la comida excelente, pero quizás otra cosa mas ligera estaría mejor para terminar.
Bueno hasta aquí la comida, espero que hayan empezado a salivar lo mismo que yo, eso será señal de que he logrado transmitir una mínima parte de la excelente comida que disfrutamos.
Para terminar cafés acompañados de sorbete ligero de tiramisú, trufas, petit fours, gominolas, buñuelos, etc. Una verdadera legión de dulces de los que tomamos el tiramisú y poco mas ya que estábamos realmente llenos.
Todo esto acompañado de un vino blanco, Ossian 2007. Consejo del sumiller, quien estuvo muy atento en todo momento y fue muy agradable. Merece la pena tras la comida visitar la bodega del restaurante, creo que tiene unas 2500 referencias. Os dejo la carta de vinos, no tiene desperdicio.
Por último hay que hablar del desagradable tema del dinero. Comer en un restaurante así no esta al alcance de cualquier bolsillo, ni es algo que la mayoría de personas se puedan permitir habitualmente. Yo entiendo que para comer en un sitio así, con estos precios tienes que ser un amante de la gastronomía y aprovechar una ocasión especial para darte el gustazo. En mi caso se reunieron estos dos factores y creo que mereció la pena. Menú degustación, 120 euros/persona. Botella Ossian 2007, 60 euros. Mas aperitivo y café unos 320 euros en total.
Dejo las señas del hotel /restaurante.
Plaza de San Mateo 1
10003 Cáceres
T. +34 927 242 928
F. +34 927 226 045
info@restauranteatrio.com
El menú degustación está compuesto por 2 entrantes, 3 primeros, un pescado, una carne, dos postres y para terminar café y postres. No se si me acordare de todos los platos y el nombre exacto de cada uno.
De aperitivo además de las bebidas nos trajeron unos macarons rellenos de paté de ciervo, no pintaba mal la cosa desde el principio, exquisito. Se me ha olvidado comentar antes que ponen una mesa auxiliar para servir todos los platos y que para cada uno de ellos te cambian los cubiertos.
El primer entrante del menú desgustación consistía en un milhojas de sardinas, sobre una base de pastel de cabracho. Verdaderamente de lo mejor que he comido nunca, la sardina tenía una frescura especial y el pastel de cabracho estaba delicioso, una verdadera sorpresa que de algo tan sencillo se pueda obtener un sabor tan exquisito. Para estos primeros plato nos pusieron un pan de aceitunas negras con aceite.
El segundo entrante consistía en un capuccino de foie y boletus. Estaba perfectamente conseguido, servido en taza y con su típica espuma. El camarero te aconseja introducir la cuchara en vertical y coger del fondo hacía afuera para comerlo todo junto. No hace falta decir que no he comido un foie tan fino en toda mi vida y mira que soy aficionado.
Seguimos con el primero de los platos principales, gamba marinada, ensalada de brotes y crema agria con caviar. A mí es el que menos me gusto de todo lo que comimos. Aunque la originalidad se observa a simple vista y es un plato muy vistoso, ni la textura, ni el sabor fueron los que mas me gustaron. Plato curioso, pero en el que a mi entender prima la creatividad sobre el resultado final.
El segundo de los primeros fue cigala, careta de ibérico y jugoso cremoso. Uno de los mejores. Servido en plato hondo, de base el jugoso y sobre él un cuerpo de cigala limpio y encima la careta de ibérico. Plato tierra-mar elaborado con ingredientes de primera calidad y resultado excelente. Cuando terminas la cigala y la careta es obligatorio coger la cuchara y acabar con el caldo, me acuerdo y se me hace la boca agua.
Pescado, Lubina con salsa de puerros. La lubina es un pescado que me encanta, pero de verdad que nunca había probado una tan fresca, se te deshacía en la boca, pura mantequilla. El plato en sí no tiene mas misterio, pero es que la calidad de la lubina lo dice todo. Te comes hasta la piel, que esta crujiente. A esta altura de la comida ya has perdido el miedo inicial al que dirán y te atreves a lanzar algún que otro "barquito" para aprovechar al máximo la calidad de los platos.
Carne, pluma de ibérico con foie, reducción de PX y crema de berros. Un clásico en el que prima una vez mas la calidad de la materia prima sobre la elaboración, que no tiene mucha complejidad. En este momento de la comida se acerco José Polo, el otro copropietario, a preguntar que tal todo y charlar un rato.
Creo que a lo largo de los siete platos hay un denominador común que es la calidad y que la creatividad va de mayor a menor, arriesgando mas en los entrantes y primeros platos y yendo a lo seguro en los platos principales. Aun así toda una experiencia gastronómica. Podéis pensar que los platos son muy pequeños, yo pensaba lo mismo al principio y puedo decir que acabé lleno y aun faltan los postres...
Primer postre. Binomio de Torta del Casar. Ya sabéis que no soy mucho de dulces y que casi nunca llego a los postres, pero si hubiera postres como este en mas sitios sin duda sucumbiría. La Torta del Casar se presenta en este plato de dos formas, en helado y al natural. Viene acompañado de crema de membrillo. Increíble. Para un amante de este queso como, no podrían hacer postre mejor. Me acorde mucho de mi familia ya que muchas veces pedimos queso de postre y hay camareros que nos miran con caras raras, me tranquiliza saber que un chef con dos estrellas michelín tenga nuestros mismos gustos.
Segundo postre. Tocinillo con helado de yogurt y tierra de cacao. Para mi gusto mala idea después de ocho platos, algo tan pesado como el tocino de cielo. Como el resto de la comida excelente, pero quizás otra cosa mas ligera estaría mejor para terminar.
Bueno hasta aquí la comida, espero que hayan empezado a salivar lo mismo que yo, eso será señal de que he logrado transmitir una mínima parte de la excelente comida que disfrutamos.
Para terminar cafés acompañados de sorbete ligero de tiramisú, trufas, petit fours, gominolas, buñuelos, etc. Una verdadera legión de dulces de los que tomamos el tiramisú y poco mas ya que estábamos realmente llenos.
Todo esto acompañado de un vino blanco, Ossian 2007. Consejo del sumiller, quien estuvo muy atento en todo momento y fue muy agradable. Merece la pena tras la comida visitar la bodega del restaurante, creo que tiene unas 2500 referencias. Os dejo la carta de vinos, no tiene desperdicio.
Por último hay que hablar del desagradable tema del dinero. Comer en un restaurante así no esta al alcance de cualquier bolsillo, ni es algo que la mayoría de personas se puedan permitir habitualmente. Yo entiendo que para comer en un sitio así, con estos precios tienes que ser un amante de la gastronomía y aprovechar una ocasión especial para darte el gustazo. En mi caso se reunieron estos dos factores y creo que mereció la pena. Menú degustación, 120 euros/persona. Botella Ossian 2007, 60 euros. Mas aperitivo y café unos 320 euros en total.
Dejo las señas del hotel /restaurante.
Plaza de San Mateo 1
10003 Cáceres
T. +34 927 242 928
F. +34 927 226 045
info@restauranteatrio.com
Si les apetece pasar al Chateau and Relais-Atrio...(pinchad en la foto).
Estoy de acuerdo. Hay que permitirse, hay que regalarse, una comida de este nivel de vez en cuando. Restaurantes de este nivel y reconocimiento son seguridad de buen hacer. Nada que ver con los falsos "innovadores" que además te crujen a la hora de la cuenta.
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