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miércoles, 28 de marzo de 2012

A fuego negro-San Sebastián

Después de la agradable experiencia en Atrio-Cáceres, hoy cruzamos la península y nos trasladamos a San Sebastián. Desde Madrid a unas cuatro horas en coche es una escapada gastronómica que siempre merece la pena. Es imposible abarcar la cantidad de sitios para comer que ofrece Donosti en un post. En cualquiera de ellos puedes disfrutar de un zurito y un pintxo a un gran nivel. Yo me quiero centrar en dos que se diferencian del resto y merece la pena conocer. Uno de ellos es A fuego negro al que dedico este post.


Esta situado en la Calle 31 de Agosto Nº 31, en la parte antigua de la ciudad. Esta calle es un autentico paraíso para los amantes de la buena comida,ya que está repleta de restaurantes y sociedades. A fuego negro es el local mas moderno de la zona y se diferencia inmediatamente por la luz anaranjada que sale de su interior. Reserve un día antes y no tuve problema, aunque me contestaran en vasco, cosa que es habitual en San Sebastián.


El local no es muy grande, al entrar tienes la barra a la izquierda y en esa pared en una pizarra apuntado todos los pintxos y demás comida y bebida que ofrece. Al fondo esta el comedor que tiene capacidad para unos veinte comensales. Aquí esta el primer problema ya que al no existir separación física entre la zona de pintxos y el comedor hay un gran jaleo, así que los que busquéis una velada relajada y romántica olvidaros.


El comedor está servido por dos camareras muy jóvenes, aunque son muy simpáticas se echa en falta algo mas de profesionalidad. Te explican que hay dos tipos de menús degustación, uno de 8 pintxos por 35 euros y otro de 11 pintxos por 50 euros. Nosotros elegimos el de 8 pintxos.



Para beber elegimos un vino blanco, en concreto Quintaluna 2010, un Rueda, elaborado con uva Verdejo y de las bodegas Ossian, el precio 12 euros. Lo podéis encontrar a la venta desde 6 euros.


¿Qué comimos? Te preguntan si eres alérgico a algún alimento y si te gusta mas o menos todo y las camareras te van trayendo diferentes pintxos, en nuestro caso el menú degustación consistió en:

1. Aceitunas "de las buenas" y con txorrito de vermouth, cuatro aceitunas rellenas de vermú, francamente bueno, dos aceitunas por persona. Una idea sencilla con un resultado excelente. El vermú no esta completamente líquido, no sé como lo hacen, pero tiene una textura muy agradable.


2. Rabas fritas en su tinta, no dice gran cosa, calamares fritos con la tinta del calamar dentro, simplón.   Estos dos primeros pintxos te los traen a la vez y aunque las aceitunas están realmente buenas, la primera impresión, al menos la que a mí me dio es que va a ser el típico sitio en el que te van a clavar por tres tonterías. Las rabas creo que se podrían sustituir por algo mas elaborado o que al menos de la sensación que merece la pena pagar los 35 euros.


3. Nieve de queso fresco espolvoreado con sobrasada, así de primeras suena muy bien, e incluso la presentación es sorprendente (lástima no tener foto) pero el resultado final no está a la altura. ¿Por que? Pues porque a nadie en su sano juicio se le ocurriría comerse una bola de nieve. Es la forma que mas se acerca y la mas sencilla de explicar el plato sin imágenes. El queso fresco tiene muy poco sabor y si a eso le añades que la sobrasada no se aprecia pues te queda eso, comer nieve. Además hay que sumarle como inconveniente que tienes que comerlo con las manos y el queso se va derritiendo mientras lo comes, así que terminas con las manos manchadas y con cara de tonto.

4. Oreja de cerdo basatxerri skabetxada con mole helado, nunca he sido muy amante de las orejas, morros, pezuñas, lengua, etc. Sinceramente, sin la ayuda del helado no creo que me lo hubiera comido, pero le daba un toque algo picante que lo hacía comestible en su conjunto. La textura de la oreja, para mí, desagradable.


5. Entsaladak de salmón marinado, cítricos y semillas y de espinacas y pulpo, bueno no hay mucho que decir sobre unas ensaladas, estaban ricas las dos. Yo creo que las utilizan como intermedio entre los entrantes y los platos principales. Hasta este momento los platos son servidos a mucha velocidad, parece que te están metiendo prisa.


6. Huevo frito sobre base de arroz, el plato no se llama así, pero es lo que contenía en esencia. Uno de los mas ricos de la cena. El huevo frito no esta hecho de forma tradicional sino como se ve en la foto.  Esta para mojar pan y el risotto también muy bueno. La cosa empieza a mejorar...


7. Bakajlu enkarbonao con pepitas de pimiento, como os decía la cosa fue mejorando y el bacalao estaba por encima de la media de la cena. Las pepitas de pimiento acompañaban muy bien a un bacalao excelente. En este caso no me comí la piel como en Atrio, pero salvando las distancias muy buen plato.


8. Mini-Makcobe con pan de ketchup y banana chips, sin duda el plato estrella de la cena. Creo que la próxima vez que vaya a San Sebastián iré a A fuego Negro sólo por comer esta hamburguesa hecha con la que dicen es la mejor carne del mundo. Ya había comido la carne de Kobe en otras ocasiones y quizás sea un delito ponerla en hamburguesa, pero el resultado es inmejorable. Me comí una y media y estuve pensando en pedir otra. Las patatas están hechas con plátano cortado muy fino y frito.


9. Regalize !T!, así es como aparece en la carta y consiste en tierra de cacao con helado de regaliz, coronado por lo que parece representar una hoja de marihuana. Estaba bueno, pero como casi toda la cena, exceptuando la Makcobe y el huevo frito no marca la diferencia que se supone debe buscar un establecimiento de cocina creativa.


Esto fue todo amigos. Ya sabéis que me encantan las conclusiones y esta no va a ser una excepción. Sinceramente me esperaba mas de este sitio. Quizás me habían generado unas expectativas demasiado altas o yo tengo aun demasiado reciente la comida en Atrio, y como se suele decir las comparaciones son odiosas. Aun así os aconsejo que si vais a San Sebastián os paséis por A Fuego Negro y lo conozcáis. No merece la pena detenerse en el menú degustación, asomaros a la barra y probar las cosas que os llamen la atención. Y sobre todo pedir la Makcobe ya me daréis la razón, no hay una hamburguesa igual!!

lunes, 26 de marzo de 2012

Pluma ibérica

En el despiece actual se extraen junto a la cinta de lomo en su porción anterior. Exenta de grasa, puede ser objeto de dos operaciones: unas industrias la seccionan y la comercializan para su consumo en fresco; otras elaboran caña de lomo (con la pluma unida al resto del lomo). De cada cerdo se obtienen dos plumas de entre 80 y 100 gramos cada una. Tradicionalmente la pluma era una pieza que se situaba en la parte final o posterior del lomo, cuyas fibras musculares se aproximan a las propias de la porción alta del jamón. 
La pluma ibérica es una pieza del cerdo ibérico cuyo consumo en fresco ha experimentado en los últimos años un merecido crecimiento de consumo. No en vano, es una pieza que mantiene la mismas calidades que la cinta de lomo.

Una pieza exquisita, que para su consumo no requiere muchos condimentos, pero que se presta a muy variadas recetas. La pluma experimenta un reconocimiento, posiblemente fruto de la moda, pero que no le falta buen criterio.

 
  Pluma de ibérico con foie, reducción de PX y crema de berros. Restaurante Atrio-Cáceres.

Fuente: www.elcerdoiberico.es

jueves, 22 de marzo de 2012

Entraña

La entraña es un corte que corresponde a la parte periférica del diafragma del animal. Se trata de un músculo. Hay dos tipos de entraña, la fina y la gruesa. La entraña fina es la mejor porque es delgada, tierna y tiene un gran sabor. 

La forma mas habitual de preparar la entraña es a la plancha o a la parrilla, dejando de un lado la piel o membrana para cocinarla mejor. Al cocinarla se coloca la parte de la piel hacía abajo hasta que quede crujiente y la carne empiece a sangrar. En el momento de servir se le da la vuelta solo para sellarla. A mí me gusta así, depende del gusto de cada uno. 


Si quiere descubrir donde comer entraña en Madrid vea el post: El Cano de Xiquena

Atrio-Cáceres. (2* Michelin)

En este post os voy a contar la que muy probablemente haya sido la mejor experiencia gastronómica de mi vida. En primer lugar quisiera dar las gracias a María, que ha sido quien me ha dado la oportunidad de probar este excelente restaurante. Espero que consiga trasmitiros aunque sea una pequeña parte de lo que yo sentí en este restaurante. Nunca he estado muy a favor de la cocina moderna, siempre he preferido la comida tradicional, a poder ser española. Ahora me doy cuenta que cierto es eso de que para poder opinar hay que probar o conocer. Menos mal que he aprendido a una edad temprana y tendré tiempo de tener experiencias similares (si el bolsillo me lo permite). Por esto animo a todas aquellas personas que piensan que la cocina de autor son "pijaditas" y que donde esté un buen chuletón se quite todo lo demás, a que lo prueben, al menos una vez y que después me digan. 

Atrio se encuentra en la ciudad de Cáceres, antiguamente estaba situado en la Avenida Europa de la capital extremeña, pero desde el año 2010 se ha trasladado a la Plaza de San Mateo 1. Este nuevo proyecto incluyó un boutique hotel de 5* compuesto por catorce habitaciones, 5 de ellas suites. El proyecto fue realizado por el estudio madrileño de arquitectos Luis M. Mansilla y Emilio Tuñón. El edificio esta tan bien integrado dentro del conjunto historio/artístico de Cáceres que una vez en la Plaza de San Mateo no encontrábamos el Restaurante. El proyecto ha sido galardonado con el premio FAD de Arquitectura 2011 que otorga la entidad Fomento de la Artes y Diseño (FAD) de Barcelona.


Reservamos en el mismo día, ya que fue algo que no teníamos pensado. Era domingo y víspera de festivo, pero no tuvimos problema. Desde la llegada al Hotel/Restaurante te das cuenta de que estas en un lugar de un nivel superior. Una legión de trabajadores del hotel te dan la bienvenida. Carmina, la relaciones públicas se te acerca para darte la bienvenida, tras indicarle que teníamos reserva para comer inmediatamente se te acercan dos mozos que te piden amablemente los abrigos. Carmina te sugiere si tienes necesidad de ir al cuarto de baño y te acompaña a tu mesa. Allí ya te esperan dos camareros, te dan la bienvenida y te ofrecen algún aperitivo, cerveza o champagne. Inmediatamente el propio Toño Pérez chef y copropietario se acerca, te da la bienvenida a su casa y te explica la carta. Hay dos menús según el hambre que tengas y después está el menú degustación que es lo que nosotros pedimos.


El menú degustación está compuesto por 2 entrantes, 3 primeros, un pescado, una carne, dos postres y para terminar café y postres. No se si me acordare de todos los platos y el nombre exacto de cada uno.

De aperitivo además de las bebidas nos trajeron unos macarons rellenos de paté de ciervo, no pintaba mal la cosa desde el principio, exquisito. Se me ha olvidado comentar antes que ponen una mesa auxiliar para servir todos los platos y que para cada uno de ellos te cambian los cubiertos.

El primer entrante del menú desgustación consistía en un milhojas de sardinas, sobre una base de pastel de cabracho. Verdaderamente de lo mejor que he comido nunca, la sardina tenía una frescura especial y el pastel de cabracho estaba delicioso, una verdadera sorpresa que de algo tan sencillo se pueda obtener un sabor tan exquisito. Para estos primeros plato nos pusieron un pan de aceitunas negras con aceite.


El segundo entrante consistía en un capuccino de foie y boletus. Estaba perfectamente conseguido, servido en taza y con su típica espuma. El camarero te aconseja introducir la cuchara en vertical y coger del fondo hacía afuera para comerlo todo junto. No hace falta decir que no he comido un foie tan fino en toda mi vida y mira que soy aficionado.


Seguimos con el primero de los platos principales, gamba marinada, ensalada de brotes y crema agria con caviar. A mí es el que menos me gusto de todo lo que comimos. Aunque la originalidad se observa a simple vista y es un plato muy vistoso, ni la textura, ni el sabor fueron los que mas me gustaron. Plato curioso, pero en el que a mi entender prima la creatividad sobre el resultado final.



El segundo de los primeros fue cigala, careta de ibérico y jugoso cremoso. Uno de los mejores. Servido en plato hondo, de base el jugoso y sobre él un cuerpo de cigala limpio y encima la careta de ibérico. Plato tierra-mar elaborado con ingredientes de primera calidad y resultado excelente. Cuando terminas la cigala y la careta es obligatorio coger la cuchara y acabar con el caldo, me acuerdo y se me hace la boca agua.


El último de los primeros platos, brocheta de calamar e ibéricos con salsa de curry. Mi favorito. Lástima que no tenga foto. Quizás en estos últimos dos platos haya demasiados elementos en común, tierra-mar, ibéricos, pero les puedo asegurar que no tienen nada que ver. Este plato es un guiño a la cocina asiática y un verdadero acierto para mi gusto. Como podéis apreciar la comida va subiendo de nivel por momentos y aun quedan los segundos y el postre

Pescado, Lubina con salsa de puerros. La lubina es un pescado que me encanta, pero de verdad que nunca había probado una tan fresca, se te deshacía en la boca, pura mantequilla. El plato en sí no tiene mas misterio, pero es que la calidad de la lubina lo dice todo. Te comes hasta la piel, que esta crujiente. A esta altura de la comida ya has perdido el miedo inicial al que dirán y te atreves a lanzar algún que otro "barquito" para aprovechar al máximo la calidad de los platos.


Carne, pluma de ibérico con foie, reducción de PX y crema de berros. Un clásico en el que prima una vez mas la calidad de la materia prima sobre la elaboración, que no tiene mucha complejidad. En este momento de la comida se acerco José Polo, el otro copropietario, a preguntar que tal todo y charlar un rato.

Creo que a lo largo de los siete platos hay un denominador común que es la calidad y que la creatividad va de mayor a menor, arriesgando mas en los entrantes y primeros platos y yendo a lo seguro en los platos principales. Aun así toda una experiencia gastronómica. Podéis pensar que los platos son muy pequeños, yo pensaba lo mismo al principio y puedo decir que acabé lleno y aun faltan los postres...


Primer postre. Binomio de Torta del Casar. Ya sabéis que no soy mucho de dulces y que casi nunca llego a los postres, pero si hubiera postres como este en mas sitios sin duda sucumbiría. La Torta del Casar se presenta en este plato de dos formas, en helado y al natural. Viene acompañado de crema de membrillo. Increíble. Para un amante de este queso como, no podrían hacer postre mejor. Me acorde mucho de mi familia ya que muchas veces pedimos queso de postre y hay camareros que nos miran con caras raras, me tranquiliza saber que un chef con dos estrellas michelín tenga nuestros mismos gustos.


Segundo postre. Tocinillo con helado de yogurt y tierra de cacao. Para mi gusto mala idea después de ocho platos, algo tan pesado como el tocino de cielo. Como el resto de la comida excelente, pero quizás otra cosa mas ligera estaría mejor para terminar.


Bueno hasta aquí la comida, espero que hayan empezado a salivar lo mismo que yo, eso será señal de que he logrado transmitir una mínima parte de la excelente comida que disfrutamos.

Para terminar cafés acompañados de sorbete ligero de tiramisú, trufas, petit fours, gominolas, buñuelos, etc. Una verdadera legión de dulces de los que tomamos el tiramisú y poco mas ya que estábamos realmente llenos.


Todo esto acompañado de un vino blanco, Ossian 2007. Consejo del sumiller, quien estuvo muy atento en todo momento y fue muy agradable. Merece la pena tras la comida visitar la bodega del restaurante, creo que tiene unas 2500 referencias. Os dejo la carta de vinos, no tiene desperdicio.



Por último hay que hablar del desagradable tema del dinero. Comer en un restaurante así no esta al alcance de cualquier bolsillo, ni es algo que la mayoría de personas se puedan permitir habitualmente. Yo entiendo que para comer en un sitio así, con estos precios tienes que ser un amante de la gastronomía y aprovechar una ocasión especial para darte el gustazo. En mi caso se reunieron estos dos factores y creo que mereció la pena. Menú degustación, 120 euros/persona. Botella Ossian 2007, 60 euros. Mas aperitivo y café unos 320 euros en total.

Dejo las señas del hotel /restaurante.

Plaza de San Mateo 1
10003 Cáceres
T. +34 927 242 928
F. +34 927 226 045
info@restauranteatrio.com                                         

Si les apetece pasar al Chateau and Relais-Atrio...(pinchad en la foto).


                                                                   


miércoles, 21 de marzo de 2012

Pez mantequilla

El pez mantequilla o Butterfish es un pescado muy utilizado en la cocina japonesa. Se trata de un pescado blanco de agua salada, algo graso, de carne blanca y sabrosa, su textura es firme pero delicada, y esto permite degustarlo crudo, especialmente en Sashimi o en Niguiri Sushi.

No está claro de que especie se trata. Parece ser que es el llamado Bacalao Negro que no tiene ningún parentesco con el bacalao que comemos en España. En América es conocido como Sablefish y en Japón como Guindara, nombre que está calando en nuestro país.

Casi imposible de encontrarlo fresco, la empresa Alaska Seafood se encarga de comercializarlo en España.




Fuente: www.ellaboratoriogastronomico.com

martes, 20 de marzo de 2012

Hoy nos quedamos en casa: Salmón en salsa de cebolla.

Hola a todos. Tras el éxito de la primera entrega de la sección "Hoy nos quedamos en casa" (ya es el post mas visitado) hoy vamos a compartir una nueva receta. En este caso vamos a cocinar pescado, en concreto salmón. Para mí, uno de los mas sabrosos, pero también, ya que ambas cosas van de la mano, de los mas grasos y que no a todo el mundo gusta. Esta especie, de la familia de los salmonidos nace en agua dulce para después migrar al océano y solo vuelve a su lugar de nacimiento para procrear. Quizás el mas famoso sea el salmón noruego pero también en el norte de España podemos encontrar (aunque cada vez menos por desgracia) excelentes piezas de salmón.

Conocemos muchas formas de preparar este sabroso manjar, ahumado, marinado, en tartar, a la plancha... Seguramente estas son las formas mas habituales de encontrarlo en un restaurante. Hoy en cambio vamos a cocinarlo en una salsa de cebolla, una receta muy sencilla, que se prepara en un momento y tiene un resultado estupendo. Como yo no soy un manitas de los fogones, le he "robado" la receta a mi abuela. Así que ¡ojito! Que la cocina de la abuela es mejor que la de cualquier restaurante.

Para que veáis que no miento aquí os dejo la prueba del delito. La receta de puño y letra de mi abuela. Ha sido una tarea dura de traducción y adaptación al lenguaje actual pero aquí la dejo.


Bueno, como todo buen plato, la base está en la materia prima y por lo tanto habrá que buscar un buen salmón. En principio con una rodaja valdría para dos personas, pero si los comensales tienen buen saque será necesaria una rodaja por persona. Yo personalmente me como una rodaja sin problema, pero mi opinión en este caso no es objetiva ya que es uno de mis platos favoritos.


Ingredientes:  1 o 1/2 rodaja de salmón por persona.
                    2 cebollas grandes.
                    1 diente de ajo.
                    Vino oloroso dulce.
                    Aceite.
                    Sal.                 

Lo primero es preparar el salmón. Se lava y cada rodaja se divide en dos filetes quitándole la piel y las espinas centrales. Hay que tener cuidado porque cada filete tiene espinitas entre la carne, tirando de ellas salen fácilmente. Lo más fácil es indicarle al pescadero que le retire la piel y las espinas.


También podemos usar la parte de la cola, que esta limpia de espinas y de las que salen estupendos escalopes (también le decimos al pescadero que nos lo prepare).


A continuación se tiene una sartén honda con un poquito de aceite o mantequilla según gusto. Se sala el pescado y se pone vuelta y vuelta en la sartén.

La cebolla cortada en cascos y un diente de ajo se sofríe hasta que la cebolla este pochada, sin quemarse. A continuación se pasa la cebolla por la batidora, se le añade un poco de sal, una copita del vino oloroso dulce que tengamos en casa y se bate todo junto.



Si la sartén que hemos utilizado para el salmón tienemucha grasa se retira, esto es importante ya que sino el plato quedará demasiado graso. En  esa  misma  sartén  echamos  la  salsa que hemos preparado, debe cubrir el pescado. Se añade un poco de agua si hiciera falta y se deja que de un hervor, poco tiempo para que no se reseque el pescado. En cuanto empieza a destilar un jugo lechoso, poco mas le queda.


Acompañado de unas patatas cocidas al vapor, queda un plato delicioso y completo.



Nota de la abuela: Yo suprimo el vino casi siempre, pero a algunos le gusta mas con el vino (creo que es una indirecta a algún miembro de la familia).


Por último señalar que a diferencia del arroz con pollo y salchichas, las fotos que acompañan la receta no son originales. La próxima vez que cocinen salmón en casa (espero que no sea dentro de mucho) haré fotos y modificaré las actuales. Espero les haya gustado la receta, se atrevan en casa y me digan que tal!!!

lunes, 12 de marzo de 2012

Finos y Finas.

Llevaba tiempo queriendo probar este restaurante. Había leído buenas críticas en internet, incluso llegué a reservar una vez, pero al final no pude ir. Pues bien, ayer finalmente me decidí y la verdad mereció la pena. 

Esta en la calle Don Ramón de la Cruz 49, en el barrio de Salamanca. Reserve a través de www.eltenedor.es algo que recomiendo a todo el mundo, ya que hacen descuento del 50% sobre el precio total. Solo aplican el descuento si pides un primero y un segundo por persona y sin incluir bebidas, ostras y caviar, pero aun así merece la pena. 

La decoración de estilo moderno, recuerda a los locales neoyorquinos. El comedor es alargado con suelo de madera. A uno de los lados tenemos asientos corridos  en mesas para dos o cuatro personas. En el otro lado mesas para dos personas dando la espalda un cliente con otro. Como no se si me he explicado muy bien os dejo una foto.

El servicio bastante correcto. Eche de menos un maitre, creo que en un restaurante de este estilo es casi indispensable. Al llegar y decir que teníamos mesa reservada el trato fue un poco brusco por parte de la camarera. Le dije mi nombre claramente y me contesto - Si, aquí esta, Ramírez o algo así. Bueno es una tontería, pero son los detalles lo que marcan la diferencia.

Respecto a la comida, nos acogimos a la oferta de eltenedor por lo que teníamos que pedir cuatro platos, dos primeros y dos segundos. Para empezar pedimos paté de hongos con mermelada de tomate y croquetas de berberechos con crema de nécoras. Si tengo que elegir uno me quedo con las croquetas, originales y ademas riquísimas, la crema de nécoras estaba para untar pan, literalmente. El paté venia acompañado de una tostas muy finitas. Quizás la textura no era la mejor y aunque el sabor era muy bueno costaba un poco untarlo.


De segundo pedimos, tostas de suaviiiiiiisimas sardinas ahumadas con un toque de salmorejo, mostaza antigua, pepinillo y una gota de limón y sandwich de roast beef de buey con su salsa, queso, cebollita glaseada, finísimas lonchas de paletilla ibérica y guarnición de verduritas deshidratadas. He trascrito los platos tal y como aparecen en la carta, lo de suaviiiiiiisimas no es cosecha propia, aunque puedo decir que no es publicidad engañosa. Los lomos de sardinas son de un grosor impresionante y un sabor muy bueno. Al sandwich de roast beef le tenía echado el ojo desde casa y no me defraudó. La carne estaba muy roja, casi sangrando. El queso y la paletilla se funden por el pan tostado en aceite. Lo acompañan por una salsa de la propia carne y otra salsa de mostaza. Una verdadera obra de arte. Sin duda volveré solo para comer este sandwich. Por poner alguna pega, creo que tardaron en traérmelo a la mesa y se había quedado frío. Si lo hubiera comido calentito, recién salido, hubiera sido perfecto.


Poco mas que decir del sitio. Los postres no llegamos a probarlos y de beber tomamos cerveza y una copa de Rioja. Otro punto a favor es que pese a ser de estilo moderno me sirvieron un "chupito de la casa" algo de lo que como ya sabéis si me leéis habitualmente soy un férreo defensor.

Para concluir diré que la espera para probar este sitio mereció la pena y que si bien no es el mejor restaurante en el que vas a comer en tu vida, merece la pena acercarse al Barrio de Salamanca para probarlo. Lo recomendaría sobre todo para cenas ya sea con tu pareja en plan mas romántico o con otra pareja de amigos. También para cenas solo de amigos/as o compañeros de trabajo en plan relajado con un máximo de cuatro o seis personas.

Con la oferta de eltenedor pagamos algo menos de 40 euros, lo que esta muy bien teniendo en cuenta la cantidad y la calidad de los platos. Relación calidad/precio de lo mejorcito que he probado últimamente en Madrid.

Bueno esto ha sido todo, como siempre invitar a expresar si tenéis alguna sugerencia o punto de vista diferente. Espero que os haya gustado el post. Sigo trabajando en la nueva sección, espero en breve publicarla.

Un saludo.

Las fotos de los platos las he copiado de los blogs: gourmetdeandarporcasa@blogspot.com y juandepadilla@blogspot.com.

jueves, 8 de marzo de 2012

Makkila


Si te apetece tomar un pincho al salir del trabajo o de la universidad este es tu sitio. Makkila no se caracteriza por una comida espectacular, pero es un sitio donde dejarse ver. Frecuentado por la gente guapa del barrio de Salamanca. Se encuentra en la calle Diego de León 42 desde 2009. El local es pequeñito. En el interior las mesas son altas con taburetes. En el exterior tiene una terraza con cuatro mesas, muy buena opción ahora que se acerca el buen tiempo en la capital.

No es necesario reservar. Nosotros fuimos entre semana y encontramos mesa sin problemas. Si es verdad que llegamos pronto, mas tarde se fue llenando. Uno de los defectos que le vi es que solo esta atendido por un camarero. Al tener terraza me parece que es demasiada carga de trabajo. Aun así no tengo ninguna queja del servicio, que fue bueno en todo momento. 



La carta esta dividida en pinchos fríos y calientes, ensaladas y raciones. Nosotros cenamos de pinchos. Dos cada uno. Pedimos uno de pan tumaca con jamón ibérico, rollito de salmón y esparrago blanco con salsa de mostaza, solomillo ibérico, champiñones y salsa de ajillo y micuit con cebolla caramelizada. En general ninguno merecía la pena. El pan estaba chicloso, si lo que vendes son pinchos es fundamental conseguir un pan de calidad. El pan tumaca estaba hecho con tomate de bote, la mostaza que acompañaba al rollito de salmón era la básica que puedes encontrar en cualquier supermercado, la salsa al ajillo demasiado grasienta y el micuit caramelizado demasiado dulce, podías masticar el azúcar, parecía un caramelo. 

No me gusta ser tan crítico, respeto mucho el trabajo de unas personas que abren un restaurante y ofrecen comida al público. Creo que este sitio tiene cosas positivas como la situación, el ambiente, la terraza, pero la comida, por lo menos lo que yo comí no esta entre ellas. También he de decir que no descarto volver. Es un sitio bueno para tomarte una caña (por cierto tienen Brabante, cerveza de la que cada día soy mas seguidor o follower usando términos blogueros) cerca de casa. 

Los precios varían según los pinchos, el mas barato fue el de pan tumaca que vale 2,85 euros y el mas caro el de solomillo ibérico que cuesta 4,35 euros. La cerveza, servida en jarra helada, punto muy a favor para volver, cuesta 2,50 euros. En total pagamos menos de 20 euros. Precio muy razonable para la zona aunque no tanto teniendo en cuenta la calidad de la comida. 


Bueno creo que no tengo nada mas que decir sobre este sitio. Un lugar para tomarse una caña rodeado de un buen ambiente formado sobre todo por gente joven, nadie superaba los 35 años. Dejo la web por si queréis echar un vistazo a la carta antes de ir http://makkila.com/. Espero que probéis otras cosas y me digáis, así tendré una excusa para volver. 

Un saludo a todos, en el próximo post estrenaré nuevas sección!

lunes, 5 de marzo de 2012

Hoy nos quedamos en casa: Arroz con pollo y salchichas frescas.

Con la que esta cayendo son pocos los afortunados que pueden salir a comer frecuentemente fuera de casa. Por eso quiero inaugurar esta sección. La he denominado "Hoy nos quedamos en casa" y en ella iré incluyendo recetas de aquellos platos que solemos comer mi familia y yo los fines de semana.

He decidido empezar por un arroz con pollo y salchichas porque creo que el arroz, en sus múltiples variantes es el plato de domingo por excelencia, estupendo como excusa para reunir a la familia y pasar un rato agradable. Además es una receta económica y que acompañado por una ensalada y un vino rosado fresquito no desmerece a cualquier comida en un restaurante.

Tengo que decir que la receta no es mía. En mi casa quien se encarga del arroz, y con mucho arte, es mi padre. También se ha currado la receta y las fotografías por lo que yo solo me he encargado de traspasarla al blog y de dar fe del magnífico resultado.

Sin mas, espero que se animen y me digan como les ha quedado.

Ingredientes:

Pechuga de pollo.
Salchichas frescas.
Ajos.
Pimientos.
Tomate natural triturado.
Limón.
Arroz.
Agua.
Aceite.
Sal.
Azafrán o colorante.

Limpiar la pechuga (ya te la venden separada del pollo y sin hueso) de los restos de grasa y cartílagos que puedan quedar. Trocearlo (el tamaño según gustos, a mi me gustan pequeñitos pues cogen mejor el aliño). Salarlo y a una fiambrera.

Machacar en un mortero un diente de ajo con algo de sal, añadir el zumo de un limón exprimido, mezclar y lo echamos sobre el pollo:



Se deja aquí mientras realizamos las siguientes tareas.

Las salchichas se cortan en trozos pequeños (se pueden quitar la tripa al cortarlas) y en una sartén se rehogan a fuego lento para que suelte la grasa, que se va eliminando. Este paso es totalmente prescindible e incluso se pueden poner las salchichas enteras.

En otra sartén, con aceite de oliva, un poco más de que cubra el fondo, ponemos los ajos (pelados claro), cortados en rodajas finas, a freír, a fuego lento, hasta que estén dorados:


Retiramos los ajos con una espumadera y en el aceite que queda freímos los pimientos, cortados en trozos medianos, tras haberlos limpiados de las pepitas internas. De nuevo fuego lento, tapando la sartén con una tapadera para que no salte y te ponga perdida la cocina (igual con el tomate que estos son peores) hasta que se pongan tiernos y el aceite verdoso:


Retiramos con una espumadera, escurriendo bien el aceite, para que quede para el siguiente paso, los pimientos y vertimos el tomate natural triturado. Añadimos sal (no te pases que después puedes corregirlo) y un poco de azúcar para quitarle la acidez. Hay que ponerlo a fuego lento (paciencia), “pof, pof, pof”, hasta que se vaya consumiendo el agua y quede espesito. En este momento hay que probarlo y rectificar de sal (añadir si esta soso) y azúcar (si está acido). Removerlo y dejar que hierva un poquito para que la coja. Habrá “escupido” el aceite que hay que retirarlo (con una cuchara o escurriéndolo directamente de la sartén) para que no quede aceitoso:



Una vez retirado el aceite (guárdalo para otros guisos) y a la misma sartén, sobre el tomate se vierten las salchichas y el pollo con el limón y se deja cocer un rato para que ligue. Una vez hierva se pasa a la cazuela donde se va a hacer el arroz (mejor si es ancha y plana):

                 

Hay que medir el arroz, un vaso por cada dos comensales, agregando otro de propina por si hay más hambre. También el agua, doble cantidad que de arroz (si tres vasos de arroz, seis vasos de agua). En el mortero donde hemos machacado el ajo, ponemos un poco de sal y añadimos el azafrán, machacamos, mejor añadiendo unas gotas de agua. Cuando este machacado, del agua que hemos medido, añadimos al mortero, revolvemos y añadimos a la cazuela. Repetimos la operación hasta que quede el mortero limpio de amarillo. Si usas colorante directamente al agua (con tiento):


El resto del agua lo añadimos a la cazuela y al fuego; en cuanto que empiece a hervir (Fig. 1), añadimos el arroz y ponemos a fuego medio, tapándola pero no del todo para que salga el vapor. Movemos de vez en cuando el arroz para que no se pegue. Cuando quede poco líquido (Fig.2), bajamos el fuego y tapamos del todo la cazuela. Una vez quede seco el arroz (Fig. 3), probamos: si está muy duro añadimos un poco de agua y si está entero pero tierno, apagamos y dejamos reposar cinco minutos. 

        
Figura 1
Figura 2
Figura 3



Resultado final: