Metiéndonos en faena lo primero a destacar de este sitio es su localización, se encuentra en la calle que le da nombre: C/ Conde de Xiquena 10. Para los que no conozcan Madrid se encuentra en el barrio de Chueca muy bien situado cerca de la Audiencia Nacional, Tribunal Superior de Justicia y demás edificios judiciales... ...por si tienen algún problema con la comida.
Bromas aparte, el local esta pensado como un lugar tanto para tomarte un pintxo en barra, cenar en mesa o incluso tomar la primera copa, es lo que hoy en día se denomina afterwork, que es la forma actual que tenemos de llamar a las cañas de después del trabajo.
La decoración es agradable, combina colores claros y oscuros y tiene detalles como paredes en piedra que le dan un toque tradicional. Al entrar a mano derecha hay una barra, con los pintxos expuestos en bandejas y rodeada de mesas altas con taburetes; subiendo un par de escalones en una tarima, se encuentra la zona de comedor.
Opté por cenar en mesa aunque me gustaría volver otro día para cenar de pintxos, que además de un arte, es una practica con cosas muy positivas, ya que te da mucha autonomía a la hora de decidir cuanto quieres comer y te permite probar muchas cosas sin tener que estar llamando al camarero continuamente. Ese día la cena estaba mas orientada a la conversación intima y la verdad que en una mesa se esta mas tranquilo. Habíamos reservado a través de eltenedor.com y cuando llegamos nos confirmaron muy amablemente que nuestra mesa estaba preparada.
La carta esta dividida en entrantes, ensaladas, carnes y pescados: la variedad esta bien. Nosotros nos decidimos de entrada por croquetas de boletus edulis y tartar de salmón. De plato principal queríamos algo de carne para compartir y la camarera, muy atenta en todo momento, nos aconsejo probar la "entraña", plato que hasta ese momento desconocía.
Como fue hace tiempo no tengo recuerdo exacto de las cantidades por plato pero creo que las croquetas fueron dos pero de buen tamaño y muy ricas, el tartar venía presentado con pan tostado, y aunque no soy experto en tartar me pareció bueno, quizás un poco fuerte para mi gusto.
La entraña, como me ocurrió a mí, serás un plato nuevo para alguno de ustedes. Investigando un poco al día siguiente descubrí que textualmete "Es la parte del diafragma pegado a las costillas: una tira envuelta en robusta membrana bordeada por grasita. Ideal hacerla a la parrilla, bien jugosa." Como indica el texto la comimos a la plancha, poco hecha, como creo que se debe comer la carne, acompañada de pimientos del padrón y boletus. La verdad que estaba deliciosa, la grasilla la hace una carne muy sabrosa; me arrepentí de haberla compartido porque me la hubiera comido yo solo gustosamente.
De postre no pedimos nada, en total la cuenta salio por unos 40 euros. A lo que comimos hay que añadirle dos cervezas dobles y una caña. En Madrid no te escapas de pagar 20 euros por cabeza en cualquier sitio de este estilo, así que el precio bien.
La copa la tomamos en el famoso Le Cabrera que esta doblando textualmente la esquina y que nunca había visitado. El sitio bien se merece una entrada aparte así que lo reservamos para otro día.
Como detalle curioso me gustaría comentar que admiten perros y justo en la mesa de al lado tenían uno. No estoy muy a favor de los perros en los restaurantes ya que creo que cada cosa tiene su sitio y su momento. Tengo que reconocer que el comportamiento del perro fue excelente en todo momento y no molestó a nadie. Chapó por sus dueños y quizás tenga que cambiar mi forma de pensar respecto a este tema. Si en Alemanía es una practica habitual, será por algo, al fin y al cabo son alemanes...
Opté por cenar en mesa aunque me gustaría volver otro día para cenar de pintxos, que además de un arte, es una practica con cosas muy positivas, ya que te da mucha autonomía a la hora de decidir cuanto quieres comer y te permite probar muchas cosas sin tener que estar llamando al camarero continuamente. Ese día la cena estaba mas orientada a la conversación intima y la verdad que en una mesa se esta mas tranquilo. Habíamos reservado a través de eltenedor.com y cuando llegamos nos confirmaron muy amablemente que nuestra mesa estaba preparada.
La carta esta dividida en entrantes, ensaladas, carnes y pescados: la variedad esta bien. Nosotros nos decidimos de entrada por croquetas de boletus edulis y tartar de salmón. De plato principal queríamos algo de carne para compartir y la camarera, muy atenta en todo momento, nos aconsejo probar la "entraña", plato que hasta ese momento desconocía.
Como fue hace tiempo no tengo recuerdo exacto de las cantidades por plato pero creo que las croquetas fueron dos pero de buen tamaño y muy ricas, el tartar venía presentado con pan tostado, y aunque no soy experto en tartar me pareció bueno, quizás un poco fuerte para mi gusto.
La entraña, como me ocurrió a mí, serás un plato nuevo para alguno de ustedes. Investigando un poco al día siguiente descubrí que textualmete "Es la parte del diafragma pegado a las costillas: una tira envuelta en robusta membrana bordeada por grasita. Ideal hacerla a la parrilla, bien jugosa." Como indica el texto la comimos a la plancha, poco hecha, como creo que se debe comer la carne, acompañada de pimientos del padrón y boletus. La verdad que estaba deliciosa, la grasilla la hace una carne muy sabrosa; me arrepentí de haberla compartido porque me la hubiera comido yo solo gustosamente.
De postre no pedimos nada, en total la cuenta salio por unos 40 euros. A lo que comimos hay que añadirle dos cervezas dobles y una caña. En Madrid no te escapas de pagar 20 euros por cabeza en cualquier sitio de este estilo, así que el precio bien.
La copa la tomamos en el famoso Le Cabrera que esta doblando textualmente la esquina y que nunca había visitado. El sitio bien se merece una entrada aparte así que lo reservamos para otro día.
Como detalle curioso me gustaría comentar que admiten perros y justo en la mesa de al lado tenían uno. No estoy muy a favor de los perros en los restaurantes ya que creo que cada cosa tiene su sitio y su momento. Tengo que reconocer que el comportamiento del perro fue excelente en todo momento y no molestó a nadie. Chapó por sus dueños y quizás tenga que cambiar mi forma de pensar respecto a este tema. Si en Alemanía es una practica habitual, será por algo, al fin y al cabo son alemanes...
Para terminar, como uno de los objetivos de este blog es poder ayudar a elegir un sitio donde comer en diferentes circunstancias, voy a terminar la entrada diciendo a quien recomendaría cada sitio. En este caso lo recomendaría a la gente que trabaje por la zona y después del trabajo se quiera tomar algo, ya sea en compañía de su pareja, sus amigos o los compañeros de trabajo.
Espero que les haya gustado este paseo por el norte, en la próxima entrada nos trasladaremos a Toledo para hablar de sus estrechas calles y su buena mesa.
Un saludo.
Dejo un enlace con la carta ya que el sitio no tiene página web.
http://www.erestsystem.com/carta/zxysz201.jpeg
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