Secciones.

sábado, 19 de enero de 2013

Taberna los Gallos.



C/ Puigcerda, 4ºB
28001 - Madrid
Telefono: 91 431 06 47

http://tabernalosgallos.com/

Ayer volví a cenar en esta taberna, recientemente reformada y tengo que decir que salí con un sabor agridulce. No era la primera vez que iba, el año pasado fui dos o tres veces, pero hacía tiempo que no volvía.


Fuimos dos parejas, nos dieron mesa en la segunda planta porque llamamos esa misma tarde y el restaurante ya estaba lleno. Este comedor ha ganado en encanto y ha perdido en espacio ya que desde la reforma, que aun no está terminada, se ve la cocina a través de una cristalera, por lo que no te llegan los olores y es curioso ver tantas personas trabajar en un espacio tan reducido.


Nos comentaba la camarera que han tenido que ampliarla porque tenían problemas con los tiempo entre plato y plato y la han agrandado ganando espacio al comedor.

El ambiente es joven, grupos de amigos y parejas se reparten por las cuatro salas del restaurante. La decoración es moderna y sencilla, predominando los tonos claros, todo esto hace que el ambiente sea muy agradable.



La comida es sencilla, cocina andaluza, pescadito frito, entrantes sencillos y alguna carne componen la carta. Nosotros decidimos comer de raciones y así probar de todo un poco, cada uno eligió un plato. Pedimos ensaladilla, espárragos trigueros, mejillones con cerveza a la mostaza y terrina de foie.

La ensaladilla no está muy buena, sin más, los espárragos estaban ricos, el foie correcto y los mejillones para mí lo mejor, la salsa estaba para untar pan. La cantidad de las raciones algo escasa, sobretodo en la ensaladilla y el foie.



Como nos quedamos con hambre pedimos unas croquetas, mitad de espinacas, mitad de jamón que estaban muy ricas y de postre gula de chocolate y mus de cheesecake, el primero bastante mejor que el segundo.

Para beber una botella de Beronia vino que ya conocíamos todos y alguna que otra cerveza.

La sobremesa la terminamos con unos gin-tonics y la alargamos tanto que ya estábamos solos en el comedor  aunque habíamos llegado los primeros.


La cena fue muy agradable, por la compañía, la decoración y la simpatía de las camareras, la comida estuvo correcta y la cuenta bastante inflada para lo que comes, me da la sensación que estas pagando el barrio donde está y la gente que se mueve por este tipo de sitios. También me pareció que los precios habían subido desde la última vez que fui, creo que la reforma la estamos pagando entre todos, algo muy habitual en este país. En definitiva un lugar donde dejarse ver mas que una casa de comidas y eso lo notas en la cuenta.





lunes, 7 de enero de 2013

Chifa

C/ Modesto de la Fuente 64, Madrid.
Telf. 91 543 75 66 

Como cada vez mas gente sabe que Chifa es el término utilizado en Perú para referirse a la comida importada por los inmigrantes chinos de los siglos XIX y XX, así como a los restaurantes que sirven esta comida. La cocina china se fusiono con los gustos y los ingredientes mas característicos de este país sudamericano y de esta mezcla surgió una cocina rica en sabores y especias.

Este espacio gastronómico es el hermano pequeño o versión low cost del afamado restaurante Sudestada, que se situaba antes en este mismo local y que tuvo que mudarse a la C/ Ponzano, a un local mas grande. Cada vez es mas habitual entre los grandes restaurantes de Madrid crear un segundo espacio mas accesible a todos los bolsillos. Esto es, a mi entender, un arma de doble filo porque si es verdad que te diversificas y llegas a un mayor público objetivo, no es menos cierto que te van a seguir exigiendo un nivel de calidad alto por tu reputación y es importante estar a la altura.


Chifa es un pequeño local con no mas de siete mesas y una barra para cuatro personas. Hay dos turnos de cena, uno de 8:30 a 10 y otro de 10 en adelante. Nosotros llegamos sobre las 9, sin reserva y aunque había mesas libres en el primer turno elegimos la barra que estaba vacía y no tiene turnos.

Una de las cosas que me gusto es que puedes ver como trabajan en la cocina y desde la barra mejor que desde ninguna mesa ya que está frente a la misma. La carta es muy breve, cuatro entrantes y cinco platos principales.


Pedimos para compartir el ceviche y como platos principales los tallarines salteados con pollo y marisco y el arroz chaufa.

El ceviche a mi entender, que en esto de ceviches no es mucho, riquísimo. En este caso era de pulpo, vieira y corvina. Lo especial de este plato es la frescura y la intensidad de sabor. Que llevara además wakame fue una sorpresa muy grata. 


El arroz chaufa aunque con una pinta extraordinaria estaba un poco soso y fue una decepción. Te explican la composición de todos los platos y en este caso te comentan que hay que pinchar la yema del huevo previamente y mezclar con el resto de los ingredientes. Además se acompaña con una pechuga de pato que estaba rosada por dentro, en su punto.


Los tallarines si que cumplieron con las expectativas, una vez mas destaca por lo intenso de su sabor, el contraste entre el cerdo, el marisco y la frescura de las verduras y especias que lo acompañan. Lleva carne de cerdo, gambas y media nécora, una auténtica delicia.


Para beber una cerveza, "La virgen" que nunca había probado y una copa de vino tinto. Tienen carta de vinos tampoco muy extensa.


Una cena bastante agradable, por un precio razonable pruebas una cocina con mucha personalidad, no acta para todos los paladares y que no es muy común en nuestro país. Sin duda volveré para probar cosas nuevas.

No tiene página web o yo no he sabido encontrarla.

domingo, 14 de octubre de 2012

Bla Bla Bla Bistro y no Bistro.

En este caso elegimos quedarnos el puente de la Hispanidad en Madrid y que mejor manera de comenzarlo que conociendo un sitio nuevo. Hacía tiempo que queríamos probar este restaurante y al fin nos lanzamos. Como fue una cena un poco improvisada reservamos tarde, a eso de las 10:30. Aparcar por la zona es un poco difícil, aunque se puede recurrir al aparcacoches o coger un taxi y así no te preocupas de lo que bebes. 


El restaurante está dividido en dos salones, nosotros estábamos en este primero que está en el mismo espacio que la barra, con dos pequeños sillones para tomar una copa o un aperitivo mientras se espera. La primera impresión que tuve al entrar fue de bullicio, muchas personas moviéndose y sin distinguir muy bien quienes eran comensales y quien camareros. Además el local es bastante ruidoso, al menos en este primer salón, así que olvídense de una conversación tranquila hasta que el local no se vacíe. La luz es muy tenue por la noche así que nada tiene que ver con el salón luminoso de la imagen.


La carta es la que pueden ver, hay muchas opciones y diferentes menús para probar distintas cosas, las bebidas están acompañadas de un paté de oca y mantequilla con una selección de panes, un buen bocado para empezar. Nosotros para compartir nos decantamos por el Fried Shoft Shell Craft que no es más que un cangrejo de cascara blanda, servido frito con pimentón picante y acompañado de una salsa similar al ali - oli. Nunca los había probado y la verdad merece la pena, el sabor es fuerte, a marisco y está muy bien acompañado con un toque picante.


De segundo elegimos Steak Tartare Buey y Carpaccio de Roast Beef. Ambos platos muy conseguidos, aunque como punto negativo decir que el tiempo de espera fue mayor al habitual, cosa de la que se disculparon. Yo comí el Steak y probé el carpaccio. Del Steak decir que estaba en su justo punto de picante y que eran trozos "contundentes", para mi gusto como debe ser, que notes que estas comiendo carne, ya que en otros sitios te lo ponen demasiado desmenuzado. El Steak viene acompañado de patatas fritas y biscotes. El Carpaccio muy rico también , una carne con mucho sabor lo que es fundamental en este plato o no te enteras de lo que estás comiendo.


De postre una Tarte Tatín acompañada de helado de vainilla y un Gin Tonic de Hendricks, todo para compartir, en este momento, mas de las doce de la noche, el restaurante estaba mas vacío y se podía charlar relajadamente. No soy ningún experto en Tarte Tatin  pero a mí me supo extraordinaria. 


Como anécdota curiosa decir que poco después de entrar en el restaurante descubrimos el por qué del alboroto, estaba cenando Cayetano Rivera con toda una "cuadrilla"de amigos, no sé si tendría algo que ver con su temporal retirada del mundo del toro, pero tenían una buena liada. En general se veía el clásico ambiente de gente guapa madrileña, un sitio para dejarse ver y que te vean que tan peligroso es a veces con la calidad y los precios.


Como conclusión un restaurante con altibajos, para mi gusto demasiado ruidoso y demasiado tiempo entre plato y plato lo que puede llegar a aburrirte y se debe a un problema de organización, quizás porque no lleva mucho tiempo funcionando o porque el chef estuvo paseándose toda la noche por los comedores. Como unto positivo la comida, aunque no sorprendente si está a un buen nivel, habrá que repetir y probar cosas nuevas. La hamburguesa Bla Bla Bla que vimos pasar varias veces tenía pintaza!! 

Del precio no puedo decir nada porque me invitaron pero en la carta podéis hacer la suma si estáis interesados!

De beber, que siempre se me olvida, una cerveza y 3 copas de vino de la casa, Finca Constancia 2009, Denominación de origen Tierra de Castilla.